Es muy sencillo En tierra, para ir de una ciudad a otra, viajamos por carreteras diseñadas y calculadas por ingenieros civiles para garantizar la seguridad, la comodidad y la logística. Un corredor aéreo es el mismo principio, pero para el transporte aéreo.
¿Cómo funcionan los corredores aéreos?
Un corredor aéreo es una ruta aérea, de aproximadamente 19 kilómetros de longitud y espesor vertical definido, por la que vuelan aeronaves según normas precisas y que las lleva de un punto a otro. Estos puntos pueden ser instalaciones de radionavegación situadas en tierra y que transmiten en frecuencias precisas para su reconocimiento, intersecciones de radiales de varias balizas terrestres o, más recientemente, coordenadas geográficas conocidas por los sistemas de navegación por satélite.
En un corredor aéreo, los aviones están en contacto permanente con el centro de control, que garantiza la separación horizontal y el espaciamiento vertical de las aeronaves para garantizar la seguridad aérea. Desde la torre de control, el controlador aéreo o el controlador de tráfico aéreo se aseguran de que el tráfico aéreofluya sin problemas y de que ninguna aeronave colisione con otra en tierra o en el aire. En tierra, guían a las aeronaves por rutas similares a las que utilizan los coches. En el aire, el controlador aéreo adaptará la ruta del avión para evitar a otra aeronave.
Los corredores aéreos también garantizan una distancia de seguridad respecto a los obstáculos en tierra de al menos 1.000 pies en zonas llanas y 2.000 pies en regiones montañosas.
El controlador, encargado del control del tráfico, puede tener que rotar los aviones en patrones de espera para hacer frente a los atascos en el cielo (debido a que una pista esté inutilizable por el mal tiempo, por ejemplo). Las aeronaves se dispondrán en pilas, donde, a una altitud constante, realizarán patrones de espera estándar.
¿Cómo nos comunicamos en un corredor aéreo?
El diálogo entre el controlador, encargado del control del tráfico aéreo, y la aeronave se garantiza mediante comunicaciones por radio en una gama de frecuencias reservada a la aeronáutica para evitar cualquier interferencia. En el centro regional de control aéreo, los controladores trabajan en equipo y son relevados cada dos horas para mantener su capacidad de decisión. En el sector de aproximación, donde se gestiona la fase de descenso del avión, todos los aviones siguen la misma trayectoria de aterrizaje y el espacio entre ellos se reduce a 3 millas náuticas.
Los controladores se comunican con los pilotos en inglés.
Espacio aéreo francés
La Dirección de Servicios de Navegación Aérea (DSNA) es el proveedor de servicios de navegación aérea en el sentido de la normativa europea. Tiene la responsabilidad operativa del control del tráfico aéreo en el espacio aéreo francés, tanto en Francia continental como en ultramar.
En Francia, el espacio aéreo se divide en cinco centros de control de área (Aix-en-Provence, Athis-Mons junto a Orly, Burdeos, Brest y Reims). Dentro de estas zonas, el espacio aéreo se divide en sectores de control «en ruta». Cada sector cuenta con dos controladores, que pueden gestionar hasta 25 aviones simultáneamente, dependiendo de la complejidad del tráfico. Las aeronaves pasan de un sector a otro cambiando de frecuencia para poder hablar siempre con el controlador que las llevará a su aeropuerto de destino. Para gestionar la fase de descenso, los controladores en ruta ceden el testigo a los controladores de aproximación. Son ellos quienes se encargarán de que los aterrizajes se desarrollen sin contratiempos.
Cada vez hay más corredores aéreos, sobre todo en la aproximación al aeropuerto internacional Roissy Charles-De-Gaulle de París, donde se registran más de 1.300 movimientos diarios.