Taylor Swift, icono mundial del pop, está en el centro de una polémica por el uso que hace de sus jets privados. Conocida por su talento e influencia, ahora está en el punto de mira por razones menos glamurosas. La huella de carbono generada por los frecuentes viajes en avión privado de Taylor Swift ha suscitado críticas. Plantea interrogantes sobre la responsabilidad ecológica de los famosos y el impacto de su lujoso estilo de vida en el planeta.
Taylor Swift y sus jets privados
Taylor Swift posee actualmente un Falcon 7X, un trijet de última generación famoso por sus excepcionales prestaciones y confort. Construido por Dassault Aviation, está equipado con aviónica avanzada y tecnología punta. Con una autonomía de 6.850 millas náuticas, este jet privado ofrece vuelos de larga distancia sin escalas. La cabina del Falcon 7X tiene capacidad para 16 pasajeros y ofrece un ambiente espacioso y silencioso gracias a sus grandes ventanales. El interior del jet es altamente personalizable para adaptarse a las preferencias individuales. El jet de Taylor Swift, matriculado N898TS, lleva sus iniciales, símbolo de su atención al detalle. El Dassault Falcon 900, aunque menos caro que un Gulfstream G550, sigue siendo una inversión considerable, ya que cuesta unos 54 millones de dólares. Los costes de explotación anuales suelen superar los 3 millones de dólares, incluidos todos los componentes externos. Taylor Swift fue propietaria anteriormente de un Dassault Falcon 900, otro modelo conocido por sus prestaciones superiores y su lujo. Este jet podía transportar hasta 12 pasajeros y tenía una autonomía de 4.750 millas náuticas. Ofrecía una cabina de lujo con interiores personalizables. La venta del Falcon 900 marcó, por tanto, una evolución en los activos aeronáuticos de Taylor Swift.
Taylor Swift: ¿qué pasa con la responsabilidad medioambiental?
El impacto medioambiental de los jets privados de Taylor Swift es objeto de mucho debate y preocupación, sobre todo en lo que respecta a las emisiones de carbono. En general, los jets privados tienen una mayor huella de carbono por pasajero-kilómetro que los vuelos comerciales. El Dassault Falcon 7X de Taylor Swift, a pesar de sus avanzadas características técnicas, no es una excepción. Las emisiones de CO2 por hora de vuelo de un jet privado de esta categoría son significativamente superiores. Al utilizar con frecuencia jets privados para viajes personales y de negocios, Taylor Swift genera una cantidad considerable de gases de efecto invernadero. Estas emisiones proceden principalmente de la combustión del combustible de aviación, que libera contaminantes atmosféricos. Los vuelos de larga distancia, para los que el Falcon 7X es especialmente adecuado, son particularmente problemáticos en términos de impacto ambiental, ya que consumen grandes cantidades de combustible y cubren largas distancias sin escalas. Además de las emisiones directas, los jets privados también contribuyen a otras formas de contaminación ambiental. El ruido y el uso de recursos no renovables para fabricar y mantener las aeronaves son problemas importantes. Los críticos señalan que, a pesar de los intentos de la industria de la aviación por reducir la huella de carbono mediante tecnologías más eficientes y combustibles alternativos, los jets privados siguen siendo uno de los medios de transporte menos respetuosos con el medio ambiente.
La polémica de Taylor Swift
La creciente concienciación sobre los problemas climáticos ha provocado una presión social y mediática sobre los famosos y las personas adineradas. Se espera de ellos que compensen sus emisiones mediante iniciativas ecológicas, como la reforestación, de acuerdo con la opinión pública. Taylor Swift, como figura pública influyente, se enfrenta a grandes expectativas en lo que respecta a su responsabilidad medioambiental. Sus acciones y decisiones en materia de viajes en avión son objeto de escrutinio por parte de fans, medios de comunicación y organizaciones ecologistas, que esperan ver un compromiso más concreto con el desarrollo sostenible y la reducción de su huella de carbono.
¿Los ecologistas se oponen a Taylor Swift?
Las ONG y los grupos ecologistas han pedido más transparencia y responsabilidad a la celebridad. Algunos están considerando la posibilidad de emprender acciones legales o reglamentarias para limitar el uso excesivo de jets privados. Taylor Swift no ha sido procesada directamente por cuestiones medioambientales. Sin embargo, la presión social es un poderoso catalizador para que los famosos adopten un comportamiento más sostenible.
Principales polémicas
En 2022, Taylor Swift se encontró en el centro de una polémica por sus viajes en jet privado, que fueron ampliamente difundidos por Jack Sweeney, un estudiante y programador informático de 19 años. Sweeney se hizo famoso creando cuentas de Twitter automatizadas, como @CelebJets, que rastreaban y publicaban en tiempo real los viajes en jet privado de los famosos. Estas cuentas utilizaban datos de vuelos disponibles públicamente para revelar detalles de los viajes aéreos de los famosos, y la exposición puso de relieve la magnitud de los viajes en jets privados, alimentando las críticas sobre su elevada huella de carbono. Las publicaciones de Sweeney provocaron una virulenta reacción de los defensores del medio ambiente y del público en general. Esto pone de manifiesto la contradicción entre la creciente preocupación por el clima y el extravagante uso de jets privados por parte de los famosos.