Un avión turbohélice o turbopropulsor es un aeroplano que utiliza un motor de turbina a cargo de la propulsión del mismo.
Esta turbina genera energía comprimiendo y calentando el aire y una hélice convierte esta energía en movimiento hacia delante mediante un eje conectado al motor de dicha turbina.
Los aviones a reacción, por su parte, usan motores de turbina de gas y expulsan gases a alta velocidad para generar este movimiento.
Turboprop: ejemplos de aviones
Existen diversidad de aviones dentro del mercado aeroespacial con este sistema de propulsión, entre los que destacamos:
– Cessna 406: un avión de 8 plazas con una autonomía superior a los 1000 kms.
– Fokker 50: una aeronave más voluminosa, que puede albergar hasta 50 plazas, y recorrer hasta 1500 kms.
– Piaggio Avanti P 180: Un turbo prop de hasta 7 plazas con una autonomía muy interesante, que supera los 2000 kms.